mapa del abismo tras
las puertas de
mi espalda, donde
el mundo cruje en sus
vértebras de bosques
calcinados, en su
caos
de raíces multiformes
guardo allí
un pasajero oscuro hecho
de mis restos carne
hueca, un
canto silenciado de delfín
seco como la
marca de la maldición
guardo
un último suspiro,
al fin, entre los dedos,
el espacio de una
última palabra gritada
a puñetazos
por cada letra de tu nombre
y ser después
mi voz no más
eternamente