07 septiembre, 2009

La playa

amanece
calle
abajo
como si alguien hubiese
derramado un
vaso imposible
de luz espesa
sobre la acera

durmiendo las cubiertas,
los unicos que quedamos
en pie
fuimos nosotros, tras
las cerraduras forzadas del
jardin
del misterio
insomne de mil rosas

en la playa de los
angeles sedientos, la distancia
del silencio entre
llanto
y
llanto
es la micra de una arena

nadie les enseño a beber del exilir indomable

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