calle
abajo
como si alguien hubiese
derramado un
vaso imposible
de luz espesa
sobre la acera
durmiendo las cubiertas,
los unicos que quedamos
en pie
fuimos nosotros, tras
las cerraduras forzadas del
jardin
del misterio
insomne de mil rosas
en la playa de los
angeles sedientos, la distancia
del silencio entre
llanto
y
llanto
es la micra de una arena
nadie les enseño a beber del exilir indomable
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