19 agosto, 2009

Y la vida...

Fueron
los arreglos faltos de armonía,
las mañanas pálidas por
los evidentes
de la ausencia,
los dormidos
de sed sin el aliento
de fuentes,
los febreros de ventanas
sin empaño,
las palabras demasiado claras,
las voces demasiado sinceras,
las arrogancias indomables de
los tiempos
cortos,
el crepitar de las cenizas
del incendio
y la vida,
que nos ha pegao
más vueltas
que a la piedra de un barranco.

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